tag:blogger.com,1999:blog-8966737151182088901.post6248141789453421096..comments2024-03-22T00:27:14.421-07:00Comments on Infancias: Atisbos psicoanalíticos a los siete pecados capitales: LujuriaJPBhttp://www.blogger.com/profile/14810778510558072946noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-8966737151182088901.post-24206156525063837772011-05-02T17:31:38.042-07:002011-05-02T17:31:38.042-07:00Ricardo, estoy de acuerdo. El problema que plantea...Ricardo, estoy de acuerdo. El problema que planteas nos lleva necesariamente a la vinculación perversa con el otro y con la realidad en general. La gran característica del perverso es fragmentar al otro y generalizarlo a partir de una fracción. En México hemos sido testigos de como las autoridades de la iglesia católica se escandalizan más por los temas sexuales que por la pobreza. El control del cuerpo del otro es también un impulso de la condición perversa. Un abrazoJPBhttps://www.blogger.com/profile/14810778510558072946noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-8966737151182088901.post-58487123186226770122011-05-02T16:32:27.818-07:002011-05-02T16:32:27.818-07:00Para mi, el problema de la lujuria está en sus fro...Para mi, el problema de la lujuria está en sus fronteras, que tu mismo mencionas. Cuando se busca el placer sin alcanzarlo porque las carencias personales se esconden con satisfactores inapropiados. <br /><br />La postura de Pablo y Agustín ha convertido a la lujuria no en uno de los siete pecados capitales, sino en El Pecado, así que con un simplismo extraordinario se reduce la moral a las relaciones sexuales. Lo que convenientemente facilita el olvido de los otro seis. Lo que hace que un avaro, un explotador o un torturador se sienta salvado y perdonado porque confiesa su único pecado: la lujuria.Reportajeshttps://www.blogger.com/profile/07398150675425777662noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-8966737151182088901.post-58100650074839912372011-05-01T09:15:02.902-07:002011-05-01T09:15:02.902-07:00Mike, coincido contigo, por eso hablo en el texto ...Mike, coincido contigo, por eso hablo en el texto de los imperativos, los cuales siempre empujan a la coacción. Actualmente hay mucho sexo pero poco placer, pues mucha gente practica el sexo en una modalidad que podría calificar de "onanismo acompañado", esto es, masturbarse en el otro. Pero esto es una forma de objetivarlo para huir de su mirada, para no vincularse, es nuevamente el miedo terrible al otro concreto que ha sustituido al miedo metafísico. Al parecer, como afirmaba el buen Erich Fromm, tenemos miedo a la libertad. En cuanto a la acepción de lujuria que citas, algunos autores la retoman, es la variación que lleva a la palabra lujo, que en inglés es más explícita en cuanto a su vinculación a la palabra lujuria: luxury. Muchas gracias por el comentario al poema.JPBhttps://www.blogger.com/profile/14810778510558072946noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-8966737151182088901.post-87495857538303882422011-05-01T08:03:50.767-07:002011-05-01T08:03:50.767-07:00Siempre me ha gustado la definición que hace Nietz...Siempre me ha gustado la definición que hace Nietzsche del cristianismo como “platonismo para el pueblo”. La sexualidad no se salvó del giro metafísico y la moral cristiana está sufriendo el destino de la metafísica que le sirvió de vehículo para propagar su doctrina durante tantos siglos. <br />“¿Censura respecto al sexo ? Más bien se ha construido un artefacto para producir discursos sobre el sexo, siempre más discursos, susceptibles de funcionar y surtir efecto en su economía misma.”— afirma sin tapujos Michel Foucault en su polémica Historia de la sexualidad. Su tesis no es una “chaqueta mental”, lo vemos todos los días: jamás en la historia se había acumulado tal cantidad de discursos acerca del sexo, “discursos diversos pero todos, cada uno a su manera, coactivos” afirma Foucault. Nunca se había hablado tanto de sexo, lo que no sabemos a ciencia cierta es si la expansión del discurso sea proporcional a la praxis. Lo interesante es la hipererotización de nuestra vida contemporánea; como dije al principio, el giro metafísico no respetó ni siquiera a la sexualidad y la sigue sometiendo en cierto modo, pero ahora no en el sentido de la represión sino de la obligación a la práctica y de las modalidades. Es súper simpático escuchar ese imperativo tácito en la personas sumamente activas sexualmente hablando (bueno, por lo menos eso presumen): “Yo no me reprimo, tu tampoco debes de reprimirte”. Vale, podríamos decir que esta hipererotización actual es la simple reacción a una hiperrepresión de siglos de la sexualidad en Oxidente, pero pasar sin cesar del polo de la represión al de la mistificación del orgasmo nos mantiene en la misma dualidad metafísica. Esta inocente “voluntad de saber” que es carácter básico de la actitud ilustrada, queda desenmascarada por Foucault como verdadero ejercicio de poder y dominación. Finalmente, creo que la sexualidad se vive realmente como lo que es cuando se le deja de dar tanta importancia, tanto en la intransigente óptica cristiana como en la de sus acérrimos detractores.<br /><br />P.S. Me gustó mucho el poema que enviaste, habla bien del vértigo lujurioso. Y hablando de vértigos, es curioso que la DRAE de una segunda definición de lujuria no encasillada al placer carnal: 2. f. Exceso o demasía en algunas cosas. De acuerdo a esto, podríamos decir que el Twitter es lujuria pura. <br /><br />Saludillos.Miguel Ángel Brandhttps://www.blogger.com/profile/01602342595776424163noreply@blogger.com