martes, 1 de febrero de 2011

Amiga


Voz de mi dolor,
tu mirada enjuga mi llanto,
eres abrazo entrañable,
alteridad sosegadora. 

Cómplice de mi frenesí,
acompañas mi divagar libre de temor,
confiada de mi ineptitud para herir,
curiosa de los caprichos de mi imaginación.

Escucharte sazona mi inteligencia,
tu habla de silogismos torcidos,
transgrede a la razón,
incita a fundar imperios en el mar.

Coleccionista de instantes,
me obsequias tu presencia plena,
te aburre fragmentar los encuentros,
aborreces la irrupción estrépito-tecnológica.

Si acaso tuviera un credo,
invocaría tu nombre,
tu amistad es don trascendiendo el tiempo,
es mi archipiélago de verdad.

1 comentario:

  1. Y ahora porque poeta? Que te paso que cambio tu tono desde el escrito de Cisne Negro. Esta rodo bien?

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