Nuestras vidas, no son nuestras. Del
vientre a la tumba, estamos unidos unos a
otros en el pasado y en el presente. Y con cada crimen, cada gesto de bondad,
damos nacimiento a nuestro futuro.
Somni-451, en la película
Cloud Atlas
Nuestras vidas y nuestras decisiones, cada encuentro, sugieren una nueva
dirección potencial.
Narrador, en la película Cloud Atlas
Existen dos estéticas: la estética
pasiva de los espejos y la estética activa de los prismas. Guiado por la
primera, el arte se transforma en una copia de la objetividad del medio
ambiente o de la historia psíquica del individuo. Guiado por la segunda, el
arte se redime, hace del mundo su instrumento, y forja —más allá de las cárceles
espaciales y temporales— su visión personal. Esta es la estética del
Ultra. Su volición es crear: es imponer facetas insospechadas al universo. Pide
a cada poeta su visión desnuda de las cosas, limpia de estigmas ancestrales;
una visión fragante, como si ante sus ojos fuese surgiendo auroralmente el
mundo. Y, para conquistar esta visión, es menester arrojar todo lo pretérito
por la borda. Estos son
los párrafos inaugurales del Manifiesto
del Ultra publicado en 1921 por Jacobo
Sureda, Fortunio Bonanova, Juan Alomar y Jorge Luis Borges. La propuesta parte
de las dos estéticas, la especular y la prismática, esto es, reproducimos Ad infinitum las imágenes transmitidas
por nuestros ancestros o dejamos esa herencia para liberar nuevos colores. Como
toda dialéctica, esta tesis-antitesis permite la distinción y la discusión, sin
embargo, cualquier polo que seleccionemos nos hará perder la riqueza del otro.
En el caso particular cabría la pregunta de si ¿es posible crear desde cero?,
es más, el uso mismo del lenguaje es ya un espejeo con nuestros ancestros,
pensamos, estructuramos, reflexionamos, criticamos… con códigos heredados. Salir
de la exclusividad dialéctica, conservándola como un cristal más desde el cual
mirar, nos permite colocarnos en
una perspectiva compleja, donde el deseo de comprensión, la curiosidad y el
placer por el juego cognitivo y el descubrimiento, cobran relevancia. Desde mi
perspectiva, “la objetividad del medio ambiente o de la historia psíquica
del individuo”, sumados a la transmisión de la genealogía, son espejos donde
nos reconocemos y encontramos la serenidad de lo conocido. Los reflejos de
estos espejos son luz que al atravesar por el prisma de la subjetividad
presente de cada persona, se refracta en un espectro amplio de colores. Todos
somos un prisma, pero no refractamos igual, hay diferencias en la diversidad e
intensidad de colores.
Espejo y prisma se conjugan en la
película Cloud Atlas, en la que seis
historias se entrelazan, inician en 1849 en una isla en el Océano Pacífico,
llamada Chatham, para retornar en el año 2321, ciento seis inviernos después de
“La caída”, a unas Islas hawaianas. Una novela de David Mitchell llevada al
cine por Tom Tykwer, y los hermanos Andy y Lana Wachowski que ascendieron al
Olimpo del cine de culto al realizar la trilogía de The Matrix. Llama especialmente mi atención, que Cloud Atlas no ha despertado tanto ímpetu,
en el caso de México, ha pasado casi desapercibida. Probablemente porque es una
ficción-verdadera, narración que requiere de la inteligencia y atención del
espectador, pero sobre todo, de su implicación subjetiva, pues al margen de las
interpretaciones, es una invitación implícita a reflexionar sobre el lugar que
tienen nuestras decisiones en nuestro devenir personal y en el de la humanidad.
Se parte de la premisa de que “todo está conectado”, por tanto todo lo que
hagamos o dejemos de hacer tendrá un efecto en el presente y en el futuro, al
mismo que tiempo que lo que vivimos es consecuencia de las decisiones de
nuestros antepasados.
Mi
perspectiva se orienta por la narrativa de la película, no he leído la novela. El
largometraje parece dejar abierto al criterio del espectador la definición
sobre la conexión entre las historias, las imágenes son muy explícitas al
mostrarnos a la misma persona a través del tiempo, con cambios de raza, de
nacionalidad, de sistema de creencias, en fin, podría leerse como una muestra
de seres reencarnando. Sin descartar que esa pudiera ser una de las intenciones
de la historia no es la que más me ocupa, es más, me distrae de otros aspectos
que considero de primer orden. Mi interés se concentra en los problemas que se
abordan en cada historia, y enfatizo que la película podría ser la suma de seis
espléndidos cortometrajes, esto es, con su sentido propio, pero que al verse en
conjunto intensifican su fuerza semántica: Todo está conectado.
Un
aspecto que atraviesa el largometraje es mostrarnos el tránsito de la
transmisión por formato escrito, que prevaleció a partir del Renacimiento y
hasta la década de los 80’s del siglo XX, al de las imágenes y que,
paradójicamente, nos retorna a la ruta de la transmisión oral. La historia más
tardía narra el encuentro en el año 2321 de Los profetas, humanos hipercivilizados, con una tribu viviendo
primitivamente en una isla, acosada por las visitas de los caníbales Kona y del Viejo George, una especie de demonio inquietando las conciencias de
los lugareños. En medio del choque entre el tecno-pragmatismo y las creencias saturadas
de augurios, una amenaza los abraza a todos, la contaminación del planeta,
herencia de los voraces ancestros que destruyeron su hábitat para construir el
“paraíso” de la unicidad.
El
paraíso logró su plenitud en el año 2144 en Oriente, en Nueva Seúl, donde
conviven humanos “pura sangre” nacidos de vientre humano y las “fabricaciones”,
humanos reproducidos en laboratorios que se ocupan de cubrir los puestos de
servicio para los “pura sangre”, cubren labores como la atención en negocios
tipo fast food. El problema de esta
era, los límites de las investigaciones genéticas: ¿es viable dar vida a
humanos para ser utilizados en investigaciones para beneficiar a otros seres
humanos? La vieja discusión, el debate sobre si hay diferentes categorías de
humanos, si unos tienen alma y otros no, si unos tienen libertad y otros no, si
unos tienen derechos y otros no. Somni-451 es una “fabricación” liberada por el
rebelde Hae-Joo Chang, quien no solamente le obsequia la pregunta por su
condición, sino también su amor. Su enlace constituye una expresión de
resistencia y protección de los derechos universales. Ella es la autora del
discurso citado como epígrafe de este texto: Nuestras vidas, no son nuestras
vidas… De ahí que no le importe morir, pues sabe que su movimiento de condición,
tendrá un efecto en la cadena generacional, y así es, en el 2321, Zachry el
primitivo le rezará como una deidad y Meronym, la “profeta”, intentará
recuperar su mensaje al ubicarla como la inspiradora de “La caída”.
En el
año 2012 Timothy Cavendish escribe El Horrible Calvario de Timothy Cavendish,
libro del cual nació una película que ven en 2144 Somni-451 y su amante. Las
primeras palabras del libro de Cavendish abren su historia en la película: Mientras mi amplia experiencia como editor me ha llevado a un desdén por los flashbacks, los flashforwards y trucos juguetones [tricksy
gimmicks] Creo que si usted, querido lector, puede extender su paciencia por un momento, encontrará
que hay un método para leer esta
historia de locura. Cavendish
es protagonista del problema abordado para el 2012, la exclusión y alienación
de los ancianos. Al puro estilo Foucault, la institución asilar es mostrada en
su más cruda realidad, bajo la custodia de la terrible enfermera Noakes, ancianas y ancianos siguen la estricta
normatividad con un solo fin, sobrevivir hasta que llegue la muerte. Como los
otros protagonistas, Timothy es un inconforme y tras haber sido engañado por su
hermano para firmar la aceptación de residencia, se organiza con otros
residentes y huyen de la institución. Esta historia resulta contrastante con la
de 2144, donde se intenta, por encima de todo, mejorar la calidad de vida de
los “pura sangre”, la pregunta es ¿para que mejorar la calidad que permite la
extensión de los años de vida, si al final seremos marginados del grupo social?
Vivir por vivir, necedad y síntoma de quienes se quedan en el espejo sin buscar
el prisma.
Medias vidas: El misterio de Luisa Rey, es el libro donde se narran las
peripecias de la reportera de Luisa Rey, quien en 1973 confronta al poder de
las petroleras y que llega en 2012 a las manos de Cavendish para ser editado y
publicado. Rey conoce a Rufus Sixsmith, un viejo científico que posee
información confidencial sobre la intención de facilitar una tragedia atómica
con la finalidad de desacreditar este tipo de energía y continuar con el
monopolio de la energía de hidrocarburos. El problema, es el uso de las
energías y sus efectos en la atmósfera y la salud de los seres vivos. Es un
punto de partida del caos que obligará a los humanos del 2321 a desalojar la
Tierra para habitar en otro planeta.
En
1936, Sixsmith fue amante del músico Robert Frobisher. El artista trabaja como
copista del mundialmente reconocido compositor Vyvyan Ayrs, en su colaboración
con él se logra inspirar para la composición de la obra maestra The Cloud Atlas Sextet. El famoso músico
desea preservar los derechos de la obra de su copista, pero él se resiste y la
historia concluye trágicamente. Frobisher se suicida bajo la amenaza de Ayrs de
hacer pública su homosexualidad. Esta historia, la cual se desarrolla en
Inglaterra, da cuenta de otra forma de exclusión, la de la discriminación,
particularmente dirigida a las orientaciones sexuales no convencionales y la diversidad religiosa, pues se deja
ver también el conflicto de los germanos con los judíos. A través de la
narración Frobisher le escribe una serie de cartas a Sixsmith, las cuales
llegan, décadas después, a las manos de Luisa Rey, y, en conjunto, son
denominadas Cartas desde Zedelghem.
Finalmente,
la historia del abogado estadounidense Adam Ewing, quien viaja en 1849 desde
San Francisco a las Islas Chatham para lograr un acuerdo comercial entre su
suegro y el Reverendo Horrox. En dicho lugar Ewing conoce las terribles
condiciones de los esclavos africanos. Tras ser testigo del castigo físico de
Autua, un esclavo moriori, su perspectiva cambia y al retornar a casa decide
unirse a las batallas abolicionistas. En el trayecto en barco de la isla a San
Francisco, Ewing escribe un diario, el cual será publicado parcialmente y
llegará a manos de Robert Frobisher en 1936. El problema es la discriminación
racial, la cual nace del no reconocimiento en el espejo de ese otro que
comparte nuestra condición humana. Es la ceguera.
Resumen
de temas en sentido inverso: discriminación racial, discriminación sexual y
religiosa, negligencia y abuso en el uso de las energías, marginación de los
ancianos, bioética de los experimentos genéticos y contaminación del planeta. La
película nos ofrece una agenda pendiente, nos muestra como el mayor problema de
los seres humanos somos los propios humanos. La propuesta que leo en la
película es que las fuerzas básicas que nos mueven son el amor y el miedo, que
nos impulsan a crear creencias, creemos en lo que amamos y creemos en aquello
que tememos. Mientras el miedo predomine sobre el amor, continuaremos en esta
dinámica paranoica y caníbal. En lo personal, soy pesimista de los cambios en
masa, sin embargo, confío plenamente en la diferencia que pueden hacer nuestros
actos individuales, pues todo está conectado. Quizá la vida y la complejidad no
nos permitan ser testigos del efecto de nuestras decisiones, pero al optar por
el amor, estaremos optando por la vida y la disminución del dolor.
Como
mencione anteriormente, focalizar el tema de la película en la reencarnación,
es desdibujar la riqueza de la narración, que además tiene una propuesta
cinematográfica maravillosa, pues son tres horas de mezcla de las seis
historias, en las que si uno se mantiene atento, el ritmo, la conexión y la secuencia
de convierten en un festín para los cinéfilos, lo cual no había disfrutado hace
mucho tiempo.