Amar
es contradecirse,
del
regaño al abrazo,
la
furia seguida de ternura,
orden
y libertad en permanente escaramuza.
No
deseo ser una sucursal afectiva,
mi
mundo tiene su propio orden,
la
música de mis días tiene su ritmo,
ni
mejor ni peor que la materna.
Tuyo
es el monopolio de mi paternidad,
con
el primer cruce de miradas
supe
que lo nuestro sería hasta la muerte,
aún
así,
contigo
me deconstruyo a cada instante.
Pertenezco a la segunda generación de padres,
nos
antecede una genealogía de patriarcas,
te
hemos liberado de la impostura,
tu
vida tendrá así la medida de tus decisiones.
Tus
edades son mi reto,
desde
el bebé que fuiste al niño que eres,
en
cada etapa me actualizo,
al
final seré para ti muchos padres y
tú
serás para mí múltiples hijos.
Ya
lo dije, amar es contradecirse,
y
es en esa aporía donde yace nuestro misterio,
mi
amor por ti es tan grande que en ocasiones duele,
pero
como decía el poeta,
donde
está el peligro, florece también lo que salva.