jueves, 6 de agosto de 2015

Hiroshima 70

A cuatro mil grados se consume Hiroshima,
la brújula de lo humano se ha extraviado,
las radiaciones extirpan la esperanza,
pieles cuelgan de cuerpos atrapados por la ignición,
cadáveres adoquinan las calles.

Una intensa luz es el atroz preámbulo,
después la explosión y el silencio,
miles de vidas devoradas por “Little boy”,
el resto es dolor, incredulidad y sed,
viven, sin saberlo, el exterminio magno,
la orgía de la crueldad.

Un denso olor surca la ciudad,
amasijo de uranio, combustión y carne,
encadenados al terror,
los sobrevivientes se encaminan al vacío,
miran, olfatean y escuchan,
buscan restos de vida.

Apenas ha nacido el sol y todo ha terminado,
ya no habrá sosiego en la especie humana,
han preñado las entrañas del genocidio
con la bestia de su aniquilación,
la lluvia negra es el anuncio del fin de su era.

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