¿Adónde iremos desde aquí?
desterrados en nuestro propio suelo,
muertos antes de volar,
nuestra sangre lava las manos del
tirano,
sacrificados por el crimen de pensar.
La diosa democracia cubierta de carne
humana,
nos pisotea para que seamos libres,
alimentados con estupidez,
perpetuamos la orgía del poder
mientras lamemos el anzuelo de la
felicidad.
Dar vida a un ser humano es crear a la
humanidad,
asesinarlo es el exterminio de todos,
el retumbar de los corazones
temblorosos,
anuncia el dolor por el fracaso de la
especie,
el don de la razón trocado en arma
suicida.
Habitantes de una atroz distopía,
presas de un sistema depredador,
ungidos en la liturgia de la crueldad,
sólo habrá sosiego en la no violencia,
la paz no es el fin de la guerra,
es el inicio de la libertad.
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