martes, 16 de febrero de 2016

Mamá, dile adiós a La Habitación


A Jacob Tremblay, cuya actuación aplasta a renacidos y chicas danesas.

Mamá es la habitación,
la habitación es Mamá,
saludo su contenido,
la planta, las sillas, el lavabo, el inodoro,
como saludo su cuerpo,
su rostro, sus senos, su voz, su calor.

Le creo cuando me dice que ella es el mundo,
su piel, su canto, su abrazo, sus palabras, son mi verdad,
la tele, los sueños, mi perro Lucky, el jardín, son invención.
También le creo cuando dice que tras ella hay otro mundo,
su vida antes de la habitación, los abuelos, el océano, son su verdad.

En medio de los dos mundos está el viejo Nick,
mi sustento, mi enemigo, mi celador, el otro.
Mamá dice que llegué del cielo,
por eso soy sólo suyo,
su única posibilidad de salvación.

Mamá tiene días idos,
se encierra entre las sábanas,
guarda silencio,
duerme hasta que vuelve la luz,
en esos días sé lo que es estar solo,
por eso destruyo, por eso me arriesgo.

Mamá y yo ya no estamos en la habitación,
Mamá sigue siendo la habitación,
pero la habitación ya no es Mamá.
El mundo se expande con cada mirada,
mientras Mamá se pierde con cada paso.

Quiero regresar a la habitación,
este parto me ha quitado a Mamá,
por eso le pido volver,
no para cerrar de nuevo la puerta,
sino para decirle adiós a la habitación,
y así Mamá pueda ser Mamá.

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