La foto que encabeza el
presente escrito fue capturada el 15 de mayo de este 2013, durante los festejos
del día del Maestro en la Universidad Intercontinental de la Ciudad de México,
donde tuve el agrado de compartir la celebración con el Dr. Antonio Santamaría
Fernández, quien fue mi maestro cuando cursé la Maestría en Psicoterapia
Psicoanalítica, impartía una asignatura de teoría y técnica de interpretación
de los sueños. El sábado 6 de
julio de 2013 recibí la noticia de su fallecimiento y experimenté esa vivencia
ambivalente tan propia de los psicoanalistas ante la muerte de sus patriarcas,
el dolor por el rompimiento de una rama que une fuertemente a la genealogía
psicoanalítica, así como la sensación del inicio de una nueva era. En el
psicoanálisis mexicano se está dando un tránsito generacional, con la muerte de
los fundadores, las instituciones psicoanalíticas han vivido un periodo de profunda desorientación, no
es fácil sustituir a los padres. Sin embargo, como decía Lacan, no se trata de
imitarlos sino de hacer como ellos, esto es, no se trata de clonarlos sino de
recibir ese impulso que los llevó a la creación de sus instituciones y
orientarla a nuevos retos, como la creatividad teórica y clínica.
El Dr.
Santamaría tenía un ritual de “pase” con sus estudiantes, al concluir el
semestre de su materia, convocaba a un encuentro en las Pirámides de
Teotihuacán. Mi turno fue cuando cursé
la maestría, el plan era visitar y subir los diferentes puntos del complejo
arqueológico y en cada uno leer un trabajo. Para este fin, preparé, junto con
una compañera de estudios y amiga, un análisis sobre la vida y obra de los hermanos Revueltas (Rosaura,
Silvestre, Julio y Fermín), lo leímos en la Pirámide del Sol. Para dar mayor
tonalidad al momento me llevé una grabadora para acompañar la lectura del
ensayo con la música de “La Noche de los Mayas”, cargarla durante el recorrido
fue como un acto de contrición, me sentí como peregrino en dirección a la
Basílica de Guadalupe. Saludamos al Sol, a lo cual se sumaron todos los demás
visitantes del lugar, seguramente con la idea de que portábamos un secreto de
iluminación y bajamos para dirigirnos a departir en un buen restaurante de la
zona.
El Dr.
Santamaría pidió su Whisky Old Parr e inició el relato de dos buenos recuerdos,
que son los que deseo compartir.
El
primero, la ocasión donde conoció a la hija de Sigmund Freud, Anna, en el evento donde se develó la
placa anunciada por Freud, casi un siglo antes, a su amigo Wilhelm Fliess,
cuando tuvo el paradigmático sueño de la “Inyección a Irma”, durante su estadía en Bellevue: "Aquí, el
24-7-1895 se le reveló al doctor Sigmund Freud el enigma de los sueños".
El Dr. Santamaría invitó a Ms. Freud
a visitar México, ella agradeció, para
después señalar la tierra y aclarar que sólo haría un viaje más en su vida.
El
otro recuerdo remite a un Congreso en Chicago, cuando Heinz Kohut era el Señor
de la Internacional Psicoanalítica. Tras escuchar a los congresistas, Kohut
seleccionó a unos pocos para compartir una copa de vino en su casa y platicar
45 minutos, antes de que llegará a sesión uno de sus pacientes. En ese petit comité se encontraba el Dr.
Santamaría. Al ser uno de los introductores y promotores de la Psicología del Self en México, esto es,
de la aportación al psicoanálisis de Heinz Kohut, se sintió profundamente
agradecido y honrado por ese breve intercambio.
Considero
que una gran aportación del Dr. Antonio Santamaría Fernández al psicoanálisis
fue su capacidad de crear interconexiones educativas, clínicas y sociales. Para
consultar sus artículos pueden visitar la siguiente dirección:
Como él mismo dijo en una conferencia
sobre la muerte, al morir lo que permanece de la persona es su Self, así sea, que su Self nos acompañe.
Acabo de enterarme del fallecimiento del Dr. Antonio Santamaria, casualmente buscaba su nombre en internet, recordando sus enseñanzas y una maravillosa ocasión que tuve la oportunidad de desayunar con el. Realmente me consterna la perdida de uno de los mas grandes maestros que he conocido.
ResponderEliminarno solo fue un gran doctor, si no que fue una gran persona, agradezco haberlo conocido, practicamente desde que era muy pequeña y poder conocerlo y saber lo importante que fue, me hace pensar que el doctor aun sigue vivo y que siempre nos dejara una gran enseñanza, descanse en paz el Dr. Antonio Santamaria y viva su gran memoria
ResponderEliminarYa mas tanto tiempo de que se fue, sin duda gran inspiracion para que mi familia, en especial mi madre llegara tan lejos en su profesion, es mi tio hermano de mi abuela Abigail y todos al recordarlo solo encuentran grandes momentos y enseñanzas
ResponderEliminarA casi 8 años de su partida, continúa presente en mi mente y corazón, una persona con una grandeza humana, excelente profesionista quien aportó grandes enseñanzas de sus conocimientos al psicoanálisis. Te recuerdo Toño y vaya una oración hasta la eternidad.
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