martes, 9 de junio de 2015

Sense8: Millennials, predestinación y conectivismo

     Jacobo Grinberg fue uno de los primeros neurocientíficos mexicanos, desapareció misteriosamente en 1994 en el Tepozteco y desde esa fecha nada se ha sabido de él. Grinberg fundó el Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia al interior de la UNAM, donde conjugó su investigación sobre las capacidades de brujos, yoguis y chamanes, con la de las capacidades “extra-sensoriales de los niños”. Dedicó especial atención al fenómeno de la telepatía. Propuso la Teoría Sintérgica, la cual se refiere a una especie de matriz holográfica que abarca todo, es una especie de éter hiperinformativo a partir del cual nuestro cerebro decodifica hebras de conocimiento a través de distintas capacidades cognitivas. Para Grinberg, quien desarrolla las habilidades para lograr una interacción conciente con esa matriz, puede acceder a un estado permanente de iluminación informativa, el Cosmos se le devela en un instante. A dos décadas de la desaparición de Grinberg, quien fue señalado como un científico extravagante, trabajador de las lindes de la racionalidad, aparece en el mercado global la serie Sense8, la cual podría ser una adaptación de algunos postulados de Grinberg. ¿Si la conciencia es energía y la energía se expande, podrá ser posible la comunicación entre conciencias a grandes distancias y sin la intervención del lenguaje? Según la serie sí, pero solamente entre aquellos denominados Sensates.
     Pero dejemos los inquietantes caminos abiertos por Grinberg, para adentrarnos en la narrativa de Sense8, en la cual encuentro varias características predictoras del éxito de la serie.
     ¿Qué comparten todos los protagonistas de la nueva serie Sense8 de Netflix?
- Todos son millennials (tienen entre 20 y 35 años).
- Todos están predestinados con un don que recibieron sin esfuerzo.
- Todos están conectados.

     ¿Qué comparten casi todos los millennials?
- Nacieron entre 1980 y 1995 (tienen entre 20 y 35 años).
- Tienen la creencia de que nacieron con un don que los hará ricos, famosos o ambos.
- Todos están conectados.

      Conclusión, los hermanos Wachowski le dieron al clavo. Primero sedujeron a la Generación X con su saga de The Matrix, algo muy propio para esta generación escéptica a la cual pertenezco y que a la fecha nos preguntamos si todo el caos actual, si nuestras vidas son producto de nuestros actos o de una gran máquina nodriza que nos pone a soñar. Ahora cortejan a la generación que creció leyendo Harry Potter y llegó a la adolescencia y juventud con la serie de Crepúsculo. También son la generación de programas de talento de “hágase músico, bailarín, modelo… en unas cuantas semanas”, de los millonarios al instante de los negocios de internet, de los youtubers, los pioneros de Twitter y Facebook, en fin, de los primeros nativos digitales. Los 8 Sensates que protagonizan la serie son la encarnación del sueño Millennial, recibieron talento y capacidades excepcionales de la nada, de la noche a la mañana son los salvadores de la humanidad (si están pensando en los Juegos del Hambre, en The Maze Runner, en Divergente… no es coincidencia), están permanentemente conectados, son perseguidos y envidiados por los Baby Boomers (sus padres) y seguramente al final estarán entre los pocos sobrevivientes.
     Distrito Federal (México), Chicago, Berlín, Seúl, Nairobi, Londres, Bombay y San Francisco; son los lugares de residencia de los Sensates, todos de alguna manera paridos (telepáticamente) una noche por una madre en medio de una iglesia abandonada y acompañada por el misterioso Jonas, protagonizado por Naveen Andrews, quien le da mayor fuerza visual a la serie pues perteneció a las filas de la mítica serie Lost, la cual fue quizá la primera serie que atrapó a los millennials y a la cual dedicaron largas horas de elucidación.
      La conexión es el eje temático de la serie, es llevada a sus últimas consecuencias, proponen la posibilidad de transferir las habilidades a otras personas y usar las de ellas, siempre y cuando seas un Sensate. Como le sucede al buen Capheus de Nairobi cuando tiene que enfrentar a una banda de asaltantes, se conecta con Sun Bak, la coreana que es una estrella de kickboxing y los noquea a todos, cumpliendo así su fantasía de ser como Jean-Claude Van Damme. Imaginen esa maravilla, si tú lectora o lector, junto conmigo, fuéramos Sensates, en este momento podríamos ir a enfrentar cualquier reto y conectarnos entre nosotros de acuerdo a la habilidad requerida, con toda la gloria y el mínimo esfuerzo.
     Lo cierto es que la historia se coloca a la vanguardia al construirse a partir del conectivismo. Este concepto ha sido desarrollado desde hace más de una década y media por el canadiense George Siemens. Para este autor, tres grandes cambios nos han llevado por las vías del conectivismo:

  •  Los avances en la investigación en neurociencia.
  •  El Modelo de Barabási-Albert (teoría de redes)
  •  Las teorías de la complejidad.

     Siemens, lleva sus postulados al terreno del aprendizaje, propone que en la actualidad el aprendizaje es el proceso de conectar nodos o fuentes de información especializados. Esto es, el conocimiento ya no está en las personas individuales, sino en las redes y las comunicaciones que se establecen a través de ellas. De esta manera se desdibuja el maravilloso e individualista niño del constructivismo, producto de las reformas neoliberales de la educación a principios de la década de los noventa del pasado siglo y surge el Homo Conexus. Por tanto, ya no importa quienes somos, sino con quienes, a qué y a través de qué estamos conectados.
      Este es el nodo que aglutina a los Sensates, en su individualidad son vulnerables, incompletos, atormentados. Pero conectados, la vida se sobredimensiona y se borran las fronteras con lo imposible.
       Paralelamente en la serie se abordan otros temas emergentes de nuestra época: la globalización de la criminalidad, las nuevas tecnologías, los obstáculos para la intimidad amorosa, el desencanto y la diversidad sexual. Esto último cobra una intensidad mayor al saber que una de las protagonistas es transexual, dejó de ser Michael para ser Nomi, como sucedió con uno de los hermanos Wachowski, dejó de ser Larry para ser Lana. Pero ante todo, la serie nos muestra la complejidad que se ha apoderado de los vínculos humanos a nivel mundial, todos quieren ser algo diferente de lo que son.
      Como orgulloso defeño, no puedo dejar de mencionar que las tomas de la Ciudad de México son maravillosas, las veo y experimento una gran emoción, dando cuenta de que las ciudades no son en sí mismas sino que se construyen en la mirada del espectador.
     Volviendo al inicio del texto, al recuerdo de Jacobo Grinberg, no me atrevo a negar la posibilidad de la telepatía, el mismo Sigmund Freud escribió algunos artículos al respecto y se dice que en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, donde se resguardan los manuscritos originales de Freud hay otros aún sin publicar y más polémicos. Lo que si puedo afirmar es que en el episodio 4 de Sense8, los ocho protagonistas se unen en el canto de la canción What’s Up? de 4 Non Blondes, la cual por múltiples motivos ha tenido un gran significado en mi vida. La escena me remitió a algo muy profundo a una conexión con otro tiempo y con múltiples personas que no he visto en décadas, me pregunté si todos con quien compartí esa canción, si es que ven la serie, experimentarán lo mismo que yo. Si es así, quizá si exista algo que pueda llamarse telepatía, pues les sentí tan cerca como hace veinte años.  

1 comentario:

  1. Muy importante para mi será que me den su opinión sobre el siguiente Blog que promueve el Libro: "El Sadomasoquismo del Inconsciente en La Vida Cotidiana" y el subsiguiente video que promueve lo mismo:

    http://anatomiadelaperversion.blogspot.mx/

    https://www.youtube.com/watch?v=8r326mJyz4U

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